Durante la travesía,Javierito y yo disfrutamos de la comañía de los arroaces. Dicen que cuando andan por la ría el pescado anda "embalado" y no pica. La jornada nos deparó dos picadas. Una lubina de 1 kg y otra un poco más pequeña, que me fue imposible devolver a su medio pues venía muy clavada.
Como anécdota comentar que en las tripas tenían patelos.
Aquí el video de una de las capturas.
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